Hoy me he quedado sin las "pastas" que toma Héctor para desayunar, que no llevan azúcar. Ninguno de los chicos de mi casa pueden tomar azúcar, así que he pensado en hacer estas galletas que son blandidas, pero "adaptadas", esto es, sin azúcar. La idea la he tomado del libro de Xabier Barriga, "Galletas", de la receta "Milhojas de centeno con guacamole". Espero que os guste mi adaptación.
- 150 grs. de mantequilla.
- 150 grs. de harina integral.
- 225 grs. de clara de huevo.
- 30 grs. de fructosa.
- 50 grs. de sésamo tostado.
Derretir la mantequilla en el microondas. Reservar.
Mezclamos la harina con la fructosa y con una batidora vamos incorporando las claras hasta formar una masa ligera.
A continuación, añadimos a la mezcla anterior la mantequilla derretida que teníamos reservada y la mitad del sésamo tostado. Mezclamos hasta homogeneizar. Dejamos reposar la masa una hora en la nevera.
Precalentamos el horno a 180º.
Trascurrido el tiempo, vamos depositando porciones de masa con ayuda de una cuchara (o cucharilla, según el tamaño que queramos), sobre una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado, dejando una separación entre ellas. Las alisamos ligeramente con la cuchara para que al cocerlas queden en forma redondeada. Espolvoreamos sobre ellas el resto del sésamo.
Se introducen en el horno hasta que los bordes estén dorados.
Dejamos enfriar....y listas para tomar!!!!
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